“He sido, soy y seré un poeta revolucionario”

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Dardo Sebastián Dorronzoro. El poeta y herrero desapareció el 25 de junio de 1976 por el accionar de la última dictadura cívico-militar. Un repaso por su vida y su comprometida prosa de aquel que prometió que “sobre mi tumba verán florecer un puño”.

14/7/2013 - Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Dardo Sebastián Dorronzoro, el poeta y herrero lujanense desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, una de las víctimas más emblemáticas del accionar que en Luján tuvo el terrorismo de Estado. Su obra sintetiza un profundo compromiso social que alentaba desde ideas revolucionarias canalizadas en sus poemas.  
Su vida se inició en San Andrés de Giles, el 14 de julio de 1913. Hasta el momento de su desaparición, ocurrida el 25 de junio de 1976, vivió en el barrio La Loma, en una casa que solía recibir las visitas de jóvenes militantes y una variedad de artistas. 
Alejado de las familias tradicionales en la historia de la ciudad, Dardo tuvo como oficio el trabajo de herrero, con la misma fuerza con que le daba forma a sus escritos. Su prosa y personalidad, autodefinidas revolucionarias, rompían con los moldes literarios típicos. El poeta y herrero incomodaba.  
Ejemplo de esa incomodidad e inconformismo expone una anécdota de marzo de 1971. En esa oportunidad, recibió un premio literario de manos de la Biblioteca Ameghino. Como parte del reconocimiento, Dardo se hizo de 80 mil pesos de la época. Las críticas de ciertos sectores no tardaron en llegar, especialmente porque le achacaban haber aceptado el dinero luego de acusar a la institución de “macartismo”. A través de este medio, el poeta “defendió su pellejo” con el siguiente texto que aporta mucho al intento de recordarlo:  

“El primer deber del hombre es defender su pellejo, dijo Martín Fierro, y como mi pellejo anda volando por todas partes, incluso hasta por teléfono, salgo a defenderlo. Después de las pocas palabras que dije en la Biblioteca Ameghino el sábado 4, al presentarme para recibir un primer premio de poesía y los ochenta mil pesos correspondientes al premio, cierta ‘gentecita que se llueve en los jardines’ me acusa –sin levantar cargos- de haber aceptado ese dinero. ‘Por qué –dicen algunos- Dorronzoro agarra esa plata de una institución a la que ha acusado de practicar un grosero ‘macartismo’”?
“Otros dicen: ‘Acusó pero agarró la lista, ¿eh? ¿Por qué no la regaló a los pobres, él que es tan revolucionario?’. Y otro, alguien sin nombre ni apellido, está enojado porque no les di las ochenta lucas a los ‘menesterosos’. Y todos dele con eso. Pero nadie levanta cargos. Aunque, en realidad, ya estoy sospechando que lo que les duele a estos benéficos ciudadanos no son los cargos, sino que un simple herrero se junte con ochenta billetes de a mil, y para colmo, por la estúpida razón de haber garabateado un poema. 
“Para mí resulta fácil explicar por qué agarré esos zarandeados papeluchos y enseguida lo digo, parad vuestra orejas: 
1) porque, como todos saben, amo extraordinariamente el dinero.
2) porque de ninguna manera podía dejarlo en manos de gentes que, muy probablemente, irían a utilizarlo en comprar una soga para ahorcarme, o algo parecido.
3) porque, dado mis convicciones ideológicas, no puedo regalárselo a los menesterosos (como pretende un anónimo y melancólico Orfeo), pues los menesterosos no saldrán de esa terrible condición con limosnas sino con una auténtica revolución socialista.
4) porque no soy un imbécil.
“Además, siempre fui enemigo de hacer regalos. Y a no engañarse con mi cara de ángel. Todos recordarán, tal vez, cuando en una ocasión liquidé completamente un asilo de ancianos prendiéndolo fuego.
“Porque, lo reconozco, yo tengo un alma diabólica, pero mi lengua no sirve para tapar basura. Prefiero morir sin pellejo antes que silenciar inmoralidades.
“En cuanto al autor del anónimo publicado en EL CIVISMO del 11 del corriente, le digo que sí, que soy yo tan vanidoso como el que más, pero le digo también que para decir cosas no recurro a esa sucia arma, impropia de utilizar en un periódico decente, sino que las digo con mis dos nombres y apellido o frente a una cara, por más fea que sea.
Y a dejar los ochenta mil tranquilos, que ya están gastados”.

LITERATURA Y POLÍTICA
En un trabajo que la Municipalidad de Luján realizó en el año 2006, con motivo de los 30 años del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, se vuelcan datos biográficos de los desaparecidos locales. En cuanto a Dardo, se cuenta que sus primeros textos periodísticos y poesías aparecieron en una publicación del Partido Socialista. También brindaba talleres literarios en los que las inquietudes políticas no quedaban exentas. 
“En sus poemas, lo cotidiano se mezcla con lo social y esto con lo político. Así en sus poesías aparecen, recurrentemente, palabras tales como hierro, gatos, perros, animales siempre presentes en su casa. Pero las palabras que refieren a lo cotidiano también dejan lugar a las que expresan sus inquietudes políticas; así en sus versos resuenan palabras como libertad, guerrilla, revolución, pobres, etc.”, se destaca en la publicación mencionada del Municipio. 
Aunque escribió gran cantidad de libros, apenas se publicaron la novela La nave encabritada (1964) y los libros de poemas Una sangre para el día (1974), Llanto americano (1984) y Viernes 25 (1989). Sobre estas fechas cabe destacar que Dardo ganó un premio por el libro Llanto Americano cuando estaba desaparecido. Y que recién en junio de 1986 su esposa Nelly recibió ejemplares de ese trabajo que contenía más de 30 poemas. 
Como se indicaba en la revista de la Municipalidad, “las novelas La Grieta, Uno de los fusilados, Para no morir y Quien heredará nuestra sangre aún permanecen sin editar, al igual que los cuentos que reunió bajo el nombre de La porción del diablo”.  
Son muchos los militantes de aquella de época que recuerdan haber visitado, con mayor o menos asiduidad, la casa de Dardo. Como se expresa en la publicación citada que repasa la vida del poeta, “la militancia socialista no le impidió a Dardo tener amigos y contactos con gente de otras agrupaciones. Muchos de los jóvenes que integraban la Juventud Peronista concurrían a su casa y debatían sobre política”. De igual manera lo hacían diferentes integrantes de la Juventud Guevarista, frecuentes participantes de los talleres literarios que brindaba el herrero. 

DESAPARICIÓN
El 25 de junio de 1976, Dardo Sebastián Dorronzoro fue secuestrado de su domicilio y desde entonces permanece desaparecido. Poco tiempo antes, el poeta escribió: “Desde hace tiempo siento la amenaza de este viento sobre la luz de mi lámpara, sobre esa luz que apenas me alcanza para no perderme entre las garras del mundo, entre los dientes de esa inmensa muchedumbre de lobos en la sombra”.
Semanas antes al golpe de Estado, Dardo ya había sufrido el accionar del grupo parapolicial que operaba en Luján, denominado “Comando Bruno Genta”, al ser secuestrado de su casa y luego liberado. 
Ese hecho consta en las declaraciones testimoniales que Dardo y Nelly Adela Dorronzoro de Dorronzoro realizaron en la Comisaría de Luján. El oficial policial escribió que el poeta permaneció secuestrado durante tres días “en una misma casa y siempre con los ojos cubiertos, no pudiendo identificar a los secuestrados ni tampoco el sitio donde lo tenían”. 
“Que realizaron un interrogatorio acerca de vinculaciones políticas y acusándolo de ‘Marxista-Leninista’, pero aclara que de las preguntas que le efectuaron el dicente respondió con claridad y veracidad, por cuanto resolvieron dejarlo en libertad en un camino de tierra de Carmen de Areco”, continúa la exposición policial. Cuando regresó a su casa, su esposa le contaba que no había sido maltratada, “pero que sí los malhechores habían hecho inscripciones en el interior y exterior de la casa y que habían actuado encapuchados”. En el expediente de 1976, se conservan copias de aquellas inscripciones: “Comando Jordan Bruno Genta, viva la patria”, “croto” (con una flecha que apuntaba a un cuadro del Che Guevara), “Dios, patria, hogar”, además de cruces.  

Declaración jurada
“No es solamente la luna ni el rocío ni la luz celeste de los pájaros, puede también ser una alpargata vieja, toda agujereada, toda casi muerta después de andar fábricas, andamios o duros y calientes caminos de noviembre. No, no necesariamente todo lo poético debe ser bello. Yo he visto horribles chicos grises como la tierra comiendo tierra, yo los he visto ahí, con sus andrajos y su mugre, reptando, y los he tocado, acariciando su piel y convertido en ángeles, en mariposas, en viento de septiembre. Porque todo antes de ser poesía debe pasar por mi corazón, darlo vuelta con el grito para arriba, colocarlo para el alba, cara al cielo. Todo debe pasar por mi sangre, por mis huesos, por mi respiración, por el corazón de mi sangre. Pues yo soy un poeta no un hacedor de versos bonitos. Yo soy un poeta que ama a los que no tienen amor ni pan, a los que se van sin haber llegado, a los que a veces sonríen, a los que a veces sueñan, a los que a veces les crece un fusil en las manos y salen a morir por la vida. En suma: yo he sido, soy y seré un poeta revolucionario. Sobre mi tumba verán florecer un puño” (poema Declaración Jurada, de Dardo Dorronzoro).

 

Homenaje
A partir de las 18, en la Biblioteca Popular Obrera Jean Jáures (Lavalle 758), Madres de Plaza de Mayo filial Luján, familiares y amigos invitan al homenaje que se realizará a Dardo Sebastián Dorronzoro, “el herrero, el poeta, el militante...”, a 100 años de su natalicio. 
Habrá una muestra fotográfica, testimonios, pinturas y música. 


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